martes, 26 de mayo de 2009

Tú, mi Superman


Él es el único hombre con el que estado a solas en el pequeño espacio que hace un mes encontré para mí. Él me conoce y me ha visto reír, pero lo más importante es que siempre está allí, cada vez que yo volteo con mis ojos llenitos, él los vacía con la infinita quietud que me regala su sosegada sonrisa.

Era 1999 y un pelucón con cabecita generosa (por no decir cabezón jiji) caminada despreocupado por los pasillos de la Escuela de Comunicaciones de la Universidad de San Martín de Porres. Su nombre es Martín y sus ojos que hablan por si solos son tan redondos y profundos como el cariño que hoy nos concedemos.

Del amigo que nos presentó no tengo mayores recuerdos. Lo que si evoco con total claridad, son cada una de las noches y madrugadas en las que charlamos hasta el hartazgo, hasta que solo el cansancio nos canse. Y de que tanto hablamos?, creo que la pregunta sería de que no hablamos?. Si alguien querría destruirme en 15 segundos podría ser él, que sabe casi todo de mí y eso es enteramente culpa de su fidelidad y su inagotable paciencia al escucharme. Mis secretos, mis vergüenzas, mis íntimas indecencias y mis más escondidos miedos fluyen cuando él está a mi lado.

Todos tenemos amigos especiales. No me refiero a esos “amiguitos cariñosos” que tu podrías llamar a las 3 o 4 de la mañana para que te saquen de apuros o en buen cristiano para que te hagan el favorcito (Juro que no tengo esa costumbre, pero ya a mis 30, debería de empezar a tenerla no? jaja). Estoy hablando de ese pata que llamas con el pensamiento, a ese que interrumpes cuando tiene un control remoto en una mano y en la otra las llaves de una habitación (Discúlpame Martin, no quería importunar tu ingreso a ese lugarcito y menos distraerte en pleno ajetreo corporal), a ese que sin pensar dos veces llamas para pedirle que venga con premura desde el Centro de lima hasta la avenida la Marina en San Miguel, para que te consuele porque acabas de escuchar que ese hombre que tú amabas, tenía dudas de quererte. Tu amorcito acaba de decirte que lo último que quiere es no hacerte daño, que el problema es él y no tú y esas cosas absurdas que dicen algunos cobardes. Esa noche, yo parecía una niña triste y asustada y a mi rescate llegó mi Superman, me miró y por fin pude llorar, le pedí prestado sus brazos que más que fuerte son reales para que me rodeara intensamente y tratara de calmarme. Eso solo lo puedes hacer Tú, mi Superman, mi amigo.

Martín no es como los demás. Su palabra y su sentir no son comunes. Mi Martín es un tipo particular. A pesar de que su orgullo lo empuja a decir que es un fastidio que las mujeres siempre le digan: “Eres lindo y diferente a los demás” en el fondo de su ser, esboza una leve sonrisa cuando alguna de sus “amigas” le repite esa frase auténtica y totalmente justa.

Digamos que Martín siempre sabe algo de lo mucho que uno ignora. A él le gusta la poesía, vibra con la música, con las letras profundas y comprometidas. Alguien le dijo una vez que era un “Atormentado galán” porque no le gusta herir a las mujeres que se cruzan por su camino o que caminan en el cruce de su vida. Y eso es muy cierto.

Una de las tantas veces que él se abrió para mi (Cuidado con ser malpensados! jaja) fue en El Parque Media Luna del distrito de San Miguel, escenario de muchas de nuestras largas conversaciones. Martín estaba triste, el amor de aquella innombrable mujer había herido su corazón, entristeciendo su vida y por lo tanto también la mía. Lo superamos juntos, más juntos que nunca, más juntos que siempre.

Y como todo pasa en la vida. Al cabo de unos meses, el amor delirante de Martin se había esfumado y él volvía a sonreír con esos dientes grandotes y graciosamente alineados. Mi Martín había regresado y yo estaba más agradecida que nunca.

Un día, hace casi tres años, estábamos tomando un café en un local que lo más elegante que tenía, era un mozo simpático y extremadamente servicial (Cambiaba el cenicero cada 10 segundos, sin descuidar el nudo de esa corbata que lucía con total sobriedad). Yo me encontraba sin trabajo y tenía tanta impotencia acumulada. Lloré como una pequeñita (soy tan llorona por dios, ay no! me acordaré de ese día y empezaré a llorar!!!) y él no me engañó con frases trilladas y burdamente motivadoras. Me extendió una servilleta perfectamente doblada y me dijo: No te puedo asegurar que pronto encontrarás el trabajo que anhelas, no puedo precisarte que si sigues esforzándote llegará tu recompensa, lo único que puedo decirte es que sigas buscando, que confíes en ti misma y que cada vez que necesites desahogarte, yo estaré ahí. Ese invierno del 2006 comprobé que Martín nunca me mentiría, así eso significara que yo sufriera.

Él, al igual que yo es un soltero treitón, que a veces me acompaña a soñar con ese ser especial que algún día conoceré y se convertirá en mi hombre Tipo 3. Aceptémoslo mi querido Papita (Así lo llamo de cariño y él a mi. Somos un par de papitas, él al hilo y yo de hamburguesa de carretilla, por lo rica y gordita jaja) somos a veces aunque yo más que tú, románticos e irremediablemente soñadores. Sé que negarás todo lo que digo en este último párrafo, porque te auto describes como un hombre práctico y realista. Lamento comunicarte que tu realismo tiene pinceladas de sueños, sueños que albergas en la profundidad de tus inquietudes, sueños que yo creo conocer y que cuando decidas cumplirlos, sin duda también estaré ahí.

No podría escribir de ti y dejar de nombrar a Doña Nelly, tu madre. Una mujer que yo admiro por lo poco que sé de ella y por lo mucho que descubrí mirándola. Quizás tu madre, te impregnó su esencia mi Papita, así que un salud! por tu mamita y al terminar de leerme, vaya corriendo a comprarle su combinado de ese Chifa que tanto le gusta.

Felizmente, la única virtud (por llamarlo de alguna manera) que perdió este muchachito al pasar de los años, es la frondosa cabellera que lucía. Tenía unos rulos rebeldes como él mismo, ahora sus entradas se pronuncian cual zanjitas bien formadas, pero sé Papita que esa escasez de cabello también la superaremos, así como mi gordura, tus temores, mis miedos, tus caídas, mis vencidas y todo lo demás a lo que la vida nos enfrenta.

¿Qué un hombre y una mujer no pueden ser amigos? Falso. Aunque no puedo negarles que alguna vez, solo alguna vez pasó por nuestras mentes la ligera idea de querernos de otra manera, pero la claridad de la amistad se impuso y ante la comprobación de que no nos “encendemos” (y mira que lo intentamos) como dos perfectos enamorados, claudicamos ante el intento, sonreímos, nos abrazamos y aceptamos que nunca podremos ostentar etiqueta mas especial que la de la amistad.

Tenemos tanto en común que cuando te miro pareces ser el mismo espejo que cobija mi imagen por las mañanas, despeinada, soñolienta y desaliñada. Esa soy yo y a veces, ese eres tú...Claro con un poquitin menos de cabello jaja. Tengo la certeza de que un hombre si puede querer a una mujer con esa necesidad y entrega absoluta con la que se quiere a un amigo. Él y yo, yo y él somos la prueba irrefutable!. Firmaré este post, como firmamos nuestros mensajitos, cuando alguno de los dos tiene triste el corazón.

TQM. Mi Papita.

SuperMartin
En el collage de fotos esta Martin de pequeñito vestido de Superman (Ali, una de las entrañables amigas de Martin se la robó de su álbum familiar)...Aquellas épocas donde era inocente y tenía pelito jajaja. Saben, Martin es el único hombre en mi lista de amigos, mientras que mis amigas especiales son más de dos pero menos de cinco. Siempre he dicho que de lo bueno, poco. Las demás fotitos son de nosotros y un par de south park que hizo Martin...gracias, me copiaste al detalle!.

Amigos de Los Enanitos Verdes
“Pero siempre estarán en mi, esos buenos momentos que pasamos sin saber…No importa donde estas, si vienes o si vas, la vida es un camino, un camino para andar…”


miércoles, 13 de mayo de 2009

Viviendo con mi ex


Como todos saben la soledad es una de las hilarantes situaciones que me atrapa en esta etapa de mi vida, porque no tengo a mi lado hombre alguno (esposo, novio, enamorado, amigo cariñoso o “saliente” conocido) y desde cuando estoy sola?...Mmmm…formalmente hace más de un año, informalmente hace dos meses.

A veces me pregunto porque los seres humanos insistimos con respecto a algo o a alguien y creemos que esta vez sí funcionará. Citaré algunas de las frases más comunes que utilizamos mujeres y también hombres cuando tenemos una venda de franela, que digo! de cuero de vaca cegando nuestros ojos (en mi caso cegando mis dulces ojos verdes ja!, ya que no tengo perro que me ladre, he optado con autopiropearme, es motivador!).: “Él no se da cuenta de lo que hace”, “Se han fijado, esta cambiando por mi” y la más estúpida de todas, “Me ha prometido que esta vez será diferente”…Mentiras, son solo mentiras que nos hacemos a nosotros mismos, las personas mejoramos, crecemos (sólo sí queremos hacerlo) pero nunca cambiamos!

Cuantas veces me lo dijeron y no quise entender. Lo único que me consuela es saber que no soy la única. Las historias que conozco parecidas a la mía, son tantas que necesitaría postear durante siglos para culminar el total de los relatos.

Ahora me provoca contarles la historia de una amiga (Me hizo prometer, casi de forma amenazante que no diría su nombre, así que no lo haré), la llamaré mi coleguita. Ella ha tenido los cabellos de diversos e irreverentes colores, negro, rubio, rojo y los 3 a la vez (se que me matará por este último comentario, pero de antemano te prometo un cafecito moka, de esos que son tu debilidad para que perdones la concha con la que hablo de tus tintes, digo de los colores de tu cabello!).

Mi coleguita, es una amiga a la que a pesar de su peculiar personalidad quiero mucho. Ella me consiguió mis primeras prácticas periodísticas y me presentó a uno de mis ex amores (Lalo), aparte de escucharme silenciosa y aconsejarme con especial imparcialidad cuando le lloraba sobre las peripecias que sorteaba al estar enamorada de mi último ex, entonces díganme ustedes como no quererla.

Ella ha estado enamorada, pero nunca enfrentó una relación amorosa como la que vivió con el negro, también colega nuestro. Al comienzo (como la mayoría de relaciones) todo andaba bien, ella se había enamorado y esta vez parecía que con el se quedaría. Luego de un tiempo decidieron vivir juntos y poco después empezaron los problemas. Digamos que todas las frases absurdas que expuse en uno de mis párrafos anteriores, era aquello que a mi coleguita la alentaba a continuar. Él prometía, cual niño reprendido, que todo sería diferente, que está vez si pondría de su parte.

Dejadez, falta de interés, falta de detalles, aburrimiento, querer mas espacio para respirar, dedicarse al trabajo como si eso le alimentara el alma, quedarse callado al discutir, irse a dormir molesto, nunca ceder porque eso denota fragilidad, ocultar o simplemente mentir…Síntomas de que esa peligrosa tara a tocado la vida de tu compañero, de tu amorcito, de tu bebito, de tu cosita, de tu hombre. Una piensa que quizás hay alguien mas o que ya no le importas, pero que hacer cuando todos estos síntomas los percibes desde el inicio de tu relación y con el tiempo solo se acentúan?. A veces pensamos que han cambiado con el transcurrir de los años o por la monotonía, cuando en verdad ya eran así y solo se han marcado, cual texto en plumón de pizarra, esas incómodas actitudes.

A veces las mujeres enfurecidas decimos, él no me merece, es un imbecil, un pobre diablo que no sabe lo que quiere (creo que parare con mis calificativos porque entonces no controlaré mi dedo y tecleará improperios feministas) pero luego de haber enfrentado un amor similar al de mi coleguita, entendí que algunos se comportan así porque simplemente no te quieren y es momento de aceptarlo, y otros (de raza indeterminada, por descubrir) sí te quieren, inclusive te pueden amar, pero la torpeza que poseen al demostrar ese amor es demasiada, es como si tuvieran una tara emocional que no los deja que sus acciones sean consecuentes con sus sentimientos. Los hombres que son así, creo que jamás cambiarán! (Ejem: el protagonista de la película Viviendo con mi ex).

Karla, ella es una de mis primas queridas. Actualmente expone su flamante soltería, luego de un matrimonio poco feliz. Su ex, tampoco era un mal hombre pero no la supo querer y no la defiendo porque es mi prima, si no que conozco de fondo lo que ella vivió a su lado y es más, lo que sufrió al ver una casa vacía por su ausencia…Yo estuve allí aquella noche, aquella triste noche de la partida.

Ahora él quiere reconquistarla pero es tarde las heridas sanaron y la costra se safó de una piel que posee solo tenues marcas de lo que fue aquella golpiza amorosa.

Mi coleguita y mi prima continuaron viviendo con sus exs como yo por algún tiempo más. Quizás, físicamente no los teníamos siempre a nuestro lado, pero emocionalmente permanecían indestructibles, hasta que por fin los malos recuerdos y la auténtica necesidad de no mentirnos más ganaron la cruda batalla.

Yo acabo de vencer la batalla hace dos meses. Borré de mi vida a ese alguien que no deseo nombrar porque así perennizaría su nombre en el tiempo y no creo que lo merezca. No por que haya sido poca cosa, si no porque no quisiera exponerlo a lo que él quizás llamaría vergüenza pública (La única que necesita hacer una catarsis ventilando su aburrida vida amorosa soy yo). Podría decirles que quizás él fue muy importante en mi vida, bueno ahora no valen los orgullos absurdos, así que aceptaré asumiendo gallardamente que ha sido hasta el momento el hombre más importante de mi vida.

Cada vez que decidía firmemente alejarme de él, pasaban días, semanas, meses y siempre terminaba cediendo a sus intentos de volver a estar juntos (les juro que él siempre inició los encuentros, después de prolongadas separaciones) y yo claro aceptaba sin reticencia alguna, lo abrazaba feliz, algunas veces le costaba convencerme y otras simplemente ya lo estaba esperando.

Durante el año y medio que estuvimos juntos me volví celosa, loca y lunática (más de lo que normalmente soy y eso es decir bastante. No por nada la mamá de Lalo me cantaba esa salsa que entona El Gran Combo de Puerto Rico con total similitud sobre mi comportamiento: “Mujer celosa”). Pienso que la razón es que estaba enferma, tenía la ya conocida enamoramientitis aguda en tercer grado (Sólo me faltaba adquirir un GPS para conocer al detalle cada uno de sus movimientos). La otra opción es que tuve esquizofrenia temporal, así que prefiero pensar que me temple, misma cuerda de guitarra.

Luego de nuestra relación formal, nos convertimos en amigos, en más que amigos pero nunca regresamos. Él me decía incansablemente que me quería, que yo era la única persona con la cual no se cansaba de conversar, pero constantemente golpeaba mi cariño con sus desplantes, sus acciones torpes, sus promesas incumplidas, sus y sus….tendría tanto que decir, pero sería muy cobarde de mi parte incrustarle toda la culpa porque él no se puede defender, así que finalmente diré discretamente que me cansé, que el amor que me daba no era suficiente para mi. Seguramente a muchos no les parecerá objetivo y la verdad de la milanesa es que en estos instantes intento ser lo mas subjetiva posible escribo lo que pienso y trasmito lo que siento, aunque pueda estar siendo injusta.

Quizás, él me dio lo mejor que pudo darme, eso sólo lo sabe él. Recuerdo que el 14 de febrero del 2008 me regalo un “Contrato de Amor” escrito íntegramente por él, con cláusulas que hoy ya logré olvidar, pero que en ese momento enternecieron mi corazón e hicieron llorar a mis incrédulos ojos, cual chiquita emocionada con el regalo esperado (Ambos firmamos el contrato, haciéndonos promesas de ingenuos enamorados).

A pesar de que fuimos enamorados solo un año y medio continué viviendo con él, con sus pensamientos, con su olor, con sus caprichos, con su ligero egoísmo, con mis acalorados recuerdos y sobre todo ose hacerlo participe en algunos de mis inconclusos sueños a futuro.

No vivas con un ex, obviamente no me refiero a vivir o convivir físicamente, si no a que no lo tengas presente en tu vida, como si aún fuera parte de ti. Si crees que vale la pena luchar hasta quemar el último cartucho (ojo, no el último polvo jaja), hazlo y si al final del día te das cuenta que siempre será lo mismo, pregúntate si eso quieres para ti (Consejo de mi amiga Violet), si tu respuesta es no (como la mía), déjalo ir, bota a ese inquilino de tu vida, porque es sano, rico y delicioso vivir y disfrutar del amor presente, no del pasado ausente.

Pasos decisivos para no vivir más con tu ex

Elimínalo de tu hi5, de tu msm, de tu facebook y de todo contacto electrónico que siquiera te tiente a saber que es de su vida; Disfruta los momentos, comparte tiempo con tu familia, tus amigos, evita embriagarte, porque te provocará llamarlo o llamarla y seguramente él acudirá y la historia volverá a empezar, te lo digo yo que he reiniciado mi historia de amor con este hombre en incontables ocasiones.
Finalmente disfruta de full canchita (olvídate de la dieta por ese día) y dile a un par de amigas tuyas que te acompañen a ver Viviendo con mi ex, esta pela me la recomendó mi prima Erika, otra soltera empedernida (la soltería vendrá de familia, me pregunto?). Debo confesar que por el título pensé que era una comedia rosa estúpida de esas de las que me suelo burlar por parecerme tontas y escasas, pero me equivoqué. No es un peliculón ni mucho menos, pero si estás o pasaste un trance parecido al mío te gustará. Viviendo con mi ex, protagonizada por Jennifer Aniston y Vince Vaughn. Quizas, sólo quizás te sientas identificada como yo.


Mi primer sufrimiento amoroso (Edad: 1 o 2 años)

Empiezo a pensar que el problema soy yo, fíjense en la fotito, estoy llorando desconsoladamente, que cosa me habrá hecho ese pequeñito para desatar una gran tristeza infantil a mis cortos años?...Bueno, finalmente es hombre, grandes o chiquitos, son la misma cosa!...jajaja…Mentira, que haríamos nosotras sin ustedes, y que harían ustedes sin nosotras?...

“19 días y 500 noches”

Hay amores que como dice Sabina se logran olvidar en 19 días, pero lamentablemente los sigues evocando por 500 noches más…Para sufrir de amor los días son ideales porque las noches se vuelven largas y oscuras…

Es bueno saber que ahora “19 días y 500 noches”, es sólo una linda canción para mí.


lunes, 4 de mayo de 2009

Mis 3 tipos de hombres


Dicen que las mujeres tenemos tres tipos de hombres en nuestras vidas: Tipo 1: El primer amor; Tipo 2: La primera vez y Tipo 3: El de toda la vida (He dicho 3 tipos de hombres, lo cual no significa que una tenga (exclusivamente) solo un hombre por cada tipo de amor jojojo).

Si me preguntan sobre mi primer amor, les diré que su nombre era Oscar Alberto Romero Linares (Aunque supongo que sigue vivo y que por lo tanto sigue siendo ese su nombre). Yo cumplía 15 años, él 17, tenía ojos profundos, mirada coqueta, un mechón que le cubría la frente y una sensualidad imperdonable para alguien de su edad. Sin olvidar ese aretito en la oreja derecha que lo hacía ver rudo, malo…malísimo!

Oscar y yo nos conocimos haciendo teatro. Fue graciosísimo, yo realizaba el audaz papel de una prostituta de época, furiosa y desenfadada, mientras que él interpretaba a un guardián pulcro y sexy (sexy al menos ante mis ojos). Aún tengo el intacto recuerdo del día que Oscar se me declaró, yo celebraba mis 15 años (con bajada de escalera, pomposo peinado de rulos, vestido color perla con mangas princesa y ají de gallina en ollón industrial) y al amanecer de ese día, él me pidió salir a conversar a la puerta de mi casa. Todas mis amigas me miraban y cuchicheaban sonrientes. Oscar se recogió el mechón y con un tono vibrante y varonil me dijo: “Angie, me gustas mucho…quisieras ser mi enamorada?”. Recuerdo que mi corazón se arrugo toditito y con mucho esfuerzo logré balbucear una frase muy utilizada por las niñas (calificadas como dignas y señoritas de su casa) de los años 90: “Déjame pensarlo”.

La cita estaba pactada para el miércoles siguiente, le daría el sí y por supuesto regalaría mi primer beso labial (Ya que en esa época nisiquiera sospechaba que la lengua con la que saboreaba mis algodones de azúcar probaría otras agridulces salivas con el tiempo).

Mi bello compañero de teatro pasó a ser mi primer flamante enamorado, pero la historia concluyó pronto. Terminé con Oscar a los pocos días de haber empezado. Lo corté porque era una niña orgullosa y me habían dicho que él terminaría conmigo, quise adelantarme a su vergonzosa choteada pública. A esa edad no hubiera soportado el escrutinio adolescente. Él y yo solo nos dimos piquitos, nunca nos besamos. Recuerdo que pasé una semana entera practicando con mi almohada como lo besaría (ahora soy una master en esos avatares jajaja) pero a la hora de la verdad, me sonrojé y solo atiné a abrazarlo, candideces de principiante.

El siguiente de la lista que en párrafos anteriores enuncio es el hombre que toda mujer desea tener, bueno, amoroso, condescendiente y absolutamente dedicado. Lo conocí cuando entre de practicante en la redacción de una diario “chicha” en la sección de espectáculos. Tuvimos cuatro años juntos (idas y venidas a gorgotones), fui feliz y aunque quizás sea tarde para lo que quiero hacer, siento que es justo y más que necesario pedirle disculpas a Lalo por envolverlo con mis caprichos y no entender ni valorar la magnitud de su descontrolado amor. Aunque creo, sin temor a equivocarme que su generoso corazón ya me perdonó.

Recuerdo que en el último ciclo de la Universidad de San Martín de Porres donde estudie Comunicaciones, me pidieron preparar una tesis, el tema que elegí es irrelevante pero la dedicatoria que expuse se encuentra vigente y permanece en mi memoria: “A Lalo, por amarme y amar el periodismo tanto como yo”.

Lalo, ahora está afortunadamente casado y por si fuera poco, una bebita llamada Pilar se ha convertido en la causante de su eterna sonrisa. Seguramente el leerá este post y su esposa si la curiosidad femenina la atrapa, también. Hola – esposa de Lalin- si me estás leyendo, te digo con total desparpajo que seas dichosa porque quizás yo fui el primer amor de Lalo, pero tú eres para él del Tipo 3 (Su amor para toda la vida). Un pisquito a tu salud!

No podría decir nada malo de Lalo y si hubo episodios tristes, mi cerebro no los recuerda. Él me regaló un amor desmedido que nunca he vuelto a sospechar siquiera que sientan por mí, pero dejé de quererlo y como dicen nuestros abuelos con esa sabiduría que les regala los años, en el corazón no se manda. Quizás algún día llegue ese hombre que pueda calificar del Tipo 3, ese con el que a veces sueño acurrucada en mi almohada, ese que me hará ver el cielo cerquita, ese que sienta que soy yo la más bonita. Lo siento, la cursilería emboba mis pensamientos, tengo que aceptarlo a veces soy irremediablemente cursi.

Mi hombre tipo 3 deberá ser, para comenzar hombre, es un requisito importante y en estos tiempos vale la pena preguntar. Mi tipo 3 tiene que gustarle la música, tiene que vibrarle el pecho cuando escuche a su intérprete preferido (Yo siento que mi alma se excita, cuando escucho a Sabina). Mi tipo 3 tiene que ser bueno, tiene que querer conocer el mundo de Piero (Mi dulce hermano autista de 18 años).Tiene que gustarle soñar, odio a los que se autocalifican como prácticos y no se otorgan la licencia de soñar, tiene que ser comprensivo y cariñoso, si sabe bailar sería un valor agregado y si sabe cocinar…bingo!, porque a mi hasta el agua se que quema jajaja.

Creo que tengo que aceptar que alguna vez, pensé haber encontrado a mi hombre tipo 3, pero como errar es de humanos y yo aunque a veces no parezca (sobre todo por las mañanas cuando me levanto) también soy un ser humano y me equivoqué. Lo delicioso de todas las equivocaciones que he tenido, es que con cada una aprendo a vivir (no hablo solo de respirar, hablo de vivir) y gracias a mi padre y a mi madre me he deleitado (bajo la mirada celosa de ambos) de la vida y a mis casi 30 años puedo decir que la lupa adherida a mi conciencia, está en la capacidad de reconocer a mi hombre del tipo 3 (Aunque siempre soy susceptible a las equivocaciones).

Creo que un hombre del tipo 3 es aquel que te recibe con una sonrisa si te demoraste 2 o 5 minutos (más de 5 acepta la cara larga, te lo ganaste!), es aquel que comparte tus momentos de tristeza, dejando todo para abrazarte y ofrecerte su pecho (aunque sea pecho de gato y los pectorales hayan huido de su cuerpo) es aquél que no elige siempre la gaseosa que le gusta a él, es aquél que no se adueña eternamente del control remoto, es aquel que te dice sexy y bonita cuando lo recibes con pijama y los cabellos alborotados, es aquel que no podría dejarte llorando en tu casa, es aquel que antes de actuar piensa si eso te causaría una pena, finalmente es aquel que si alguna vez piensa en perderte, siente un dolorcito en el pecho (pre infarto amatorio) y te llama simplemente para recordarte lo mucho que te ama.

Quizás tú también –como yo-pensaste que tu hombre del tipo 3 había llegado a tu vida y también como yo te sentiste decepcionada, solo podría decirte que disfrutes de ese amor mientras dure, ya que quizás los hombres tipo 3 son tan buenos, pero tan buenos que la eternidad no es uno de los dones que la vida les concede. Si crees haberte topado con un hombre del tipo 3, vive y no solo respires a su lado.

MI PRIMER AMOR

En la foto evidentemente aparezco yo a los 15 años, junto a mi primer amor…Creo que mi sentido de la moda a mejorado con el tiempo, prefiero pensar que en esa época tenía puesto todo lo que creía estaba correcto y si no es así debo tener una…más grande que la del campo de Marte o que la de Martha Chávez (Mirar foto en la que la entrevistó) para mostrar esta foto, tomada hace un par de añitos atrás jaja…Fíjense en la flor que acompaña como adorno mis zapatitos de color perla jaja.

El primer amor de Nubeluz...Recordemos!